2021, devuélvenos los abrazos rotos
2021, no sé cómo dirigirme a ti: Aún falta algo más de un mes para que te vayas, pero he decidido escribirte. El año pasado por estas fechas muchos ya deseábamos escribir la Navidad y prepararnos para el 2020. El que más y el que menos imaginaba que sería una década especial, unos nuevos locos años veinte. Y vaya si iban a ser locos, nunca imaginamos cuánto. El año se nos ha ido volando sin haberlo vivido como quisiéramos, ha sido más efímero que nunca, porque nosotros hacemos planes y la vida se encarga de cambiarlos a su antojo. Y no nos queda otra que adaptarnos y continuar. La vida es cambio, siempre. Por eso no sé cómo dirigirme a ti, lo único que te pudo decir es que a pesar de la incertidumbre que nos rodea, espero y deseo no dejar de soñar, ni de creer en la serendipia de la vida. Esa que tantas veces me visita, cuando menos lo espero. Espero no perder nunca la empatía, algo que aprendí de mi abuela, una mujer fuerte que perdió dos hijos, un marido y una nieta. Y casi siemp