Algo pasa con Sesé

 A estas alturas yo ya no sé quién soy, me han ocurrido tantas pequeñas cosas en el tiempo que he estado sin publicar, nada excepcional, bueno un poco quizá. Lo primero y más importante, he recuperado las palabras, no es que las hubiese perdido tan solo se me habían atascado. Nada mejor que ignorarlas para que ellas solitas vuelvan. 

Este desastre tecnológico que soy tuvo problemas con su cuenta de gmail y a punto estuvo de perder el blog. Por eso ya había buscado un nombre nuevo: algo pasa con Sesé, ya sabéis que amo el cine y que es una de mis mayores inspiraciones. Apunto estuve también de participar en un rodaje en el mes de octubre pero ¿quién me mandará medir uno sesenta y poco? Otra vez será, no pierdo la esperanza.

¿Recordáis la carta a mi madre que publiqué por aquí? Cuando la escribí la envié a un programa de radio, pero no sabía que la habían leído, y que al hacerlo, gracias a la magia de las palabras, personas muy queridas me reencontraron. Uno nunca puede llegar a saber el poder que tienen las palabras, para bien o para mal. Fue maravilloso. 

Hoy ni si quiera pensaba publicar, la realidad no es nada alentadora, por eso ya no sé si soy María José, Marijose, Mariajo, Pepa, Sesé o si pronto volveré a ser un erte, como tantos otros.

Entonces, esta tarde, en medio del caos y la incertidumbre apareció un soplo de magia en forma de mariposa.

Entré en mi habitación para cerrar la ventana antes de que comenzara a refrescar y allí en la cortina, una mariposa revoloteaba. Y pensé, qué bonita la vida, qué instante de belleza tan necesario. Me apresuré a sacarle una foto, para atrapar la alegría, y entonces llegó Silver. Los retraté a los dos, así de hermosos salieron. Me recordó a Platero.





Este instante mágico duró poco, cuando me disponía a intentar que la mariposa saliera volando por la ventana, Silver dió un saltó y este es el resultado. 






Cortina rasgada dos, y digo dos porque es la segunda que rasga. Y sin embargo no me importó, hace tiempo me hubiera subido por las paredes pero ya no. Lo que más sentí es que en el salto Silver no solo destrozó la cortina, también acabó con la mariposa. Me consolé pensando que era el ciclo de la vida.

Y así sin darme cuenta la misma vida se fue escribiendo delante mío, con ayuda de Silver.

Voy a tener que empezar a escribir mi vida con gato por capítulos, Silver y yo, vuelvo a Platero. Qué bonito Platero, tan solo nombrarlo los ojos se me humedecen, vuelvo a la infancia. Vuelvo a la inocencia y a la vida por escribir. 

Solo por eso seguiré escribiendo, con todo mi corazón. 



MaríaJosé 













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