2021, devuélvenos los abrazos rotos

 2021, no sé cómo dirigirme a ti:

Aún falta algo más de un mes para que te vayas, pero he decidido escribirte.

El año pasado por estas fechas muchos ya deseábamos escribir la Navidad y prepararnos para el 2020. El que más y el que menos imaginaba que sería una década especial, unos nuevos locos años veinte. Y vaya si iban a ser locos, nunca imaginamos cuánto. 

El año se nos ha ido volando sin haberlo vivido como quisiéramos, ha sido más efímero que nunca, porque nosotros hacemos planes y la vida se encarga de cambiarlos a su antojo. Y no nos queda otra que adaptarnos y continuar. La vida es cambio, siempre. 

Por eso no sé cómo dirigirme a ti, lo único que te pudo decir es que a pesar de la incertidumbre que nos rodea, espero y deseo no dejar de soñar, ni de creer en la serendipia de la vida. Esa que tantas veces me visita, cuando menos lo espero.

Espero no perder nunca  la empatía, algo que aprendí de mi abuela, una mujer fuerte que perdió dos hijos, un marido y una nieta. Y casi siempre tenía una sonrisa en la cara. Por eso no dejaré de buscar la alegría a pesar de todo, lo intentaré con todas mis fuerzas. 

Tengo muchas recetas nuevas que aprender, a lo mejor me animo y pruebo algo exótico, un tabulé por ejemplo, nunca lo he comido. Seguramente estará delicioso. 

A lo mejor le gano la partida a la maraña que es mi pelo y lo dejo largo, con mucho flequillo, como mi admirada Kate Morton. Y me pongo una cinta de terciopelo que tanto me gusta. Quién pudiera conocer a Kate en persona, eso serio mágico, aunque mi inglés de EGB tan solo me permitiese decir: Hello, my  name is Mary Jo and i love your books 😊

Espero seguir emocionandome con lo que realmente merece la pena, como la lealtad de los amigos, los de verdad, esos que están siempre, incluso cuando pensamos que no. Recuérdamelo cada vez que se me olvide. Recuerdame también no involucrarme tanto en guerras ajenas de las que casi siempre soy yo quien sale herida. Ya lo decía mamá, cada palo que aguante su vela. A ver si lo consigo. 

Ojalá nos traigas la paz y la calma que el mundo necesita. Ojalá encuentre palabras nuevas como acougar que hasta hace unos días no conocía, o bonitas y poéticas como petricor, para seguir escribiendo la vida con un poco de azúcar 😉

2021, se benevolente con nosotros, lo necesitamos. El cielo tiene ya demasiados ángeles y la tierra innumerables demonios.

2021, devuélvenos  los abrazos rotos, devuélvenos la vida. 


María José 

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