Carta a mi madre, en estos días grises.






Querida mamá:
En estos días grises pienso mucho en ti, y en lo que harías si estuvieras aquí.
No salir de casa sería lo de menos porque tú eras feliz en ella, aunque cuando salías cabía la posibilidad de que no regraras hasta el anochecer.
A veces, cuando estoy tendiendo la ropa, todavía me parece escucharte al volver de la compra, tarde, mal y nunca.  Así eras tú.
Me llamabas  " Maria " o " Jose " sin tilde, al acercarte a la ventana.
Hasta puedo verte a través del tendal, tan guapa como te habías puesto al perder unos kilos de más, antes de que la enfermedad mostrara su verdadera cara y aquello se convirtiese en unos kilos de menos.
En estos días grises me veo como tú, pensando en encender una vela a la virgen de Fátima, ojalá eso sirviera, aunque yo no podría vivir sin mi fe.
Para mí la fe es como la poesía, o te gusta o no.
En el caso de la fe, o la tienes o no la tienes. Así de sencillo.
Querida mamá, en estos días grises quizá sea mejor que no estés, porque la vida ya te dió bastante sufrimiento en su momento.
Todos tenemos el nuestro.
Puedes estar tranquila, estamos bien, tus tres hijas y tus seis nietos que además te recuerdan. Alguna ya me ha dicho:
-Mamá, ¿ qué pensaría la abuela Chelo ?
Querida mamá, en estos días grises pienso mucho en ti...


María José

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